sábado, 4 de junio de 2011

Justificación


Puede afirmarse, que para tener una buena interacción entre la escuela y la familia, se debe ofrece al niño o niña una imagen de acercamiento y relación entre las personas que se ocupan de su cuidado y otorga al ámbito escolar un carácter de familiaridad y seguridad; necesitan hablar acerca de los valores y porque son importantes estos aspectos particulares para toda la familia.  Los mismos deben ayudar a los hijos a respetar los valores de otras personas.  Cada relación familia-escuela es única y original por eso tiene que ser individualizada, debe estar basada en la confianza y en el conocimiento mutuo.

Cabe destacar, que la educación debe garantizar un conjunto de experiencias que apoyen y complementen las vivencias familiares, nunca sustitutivas de las que recibe en la familia.  Bureau, (1995) plantea que  “en este sentido, estamos de acuerdo con la idea de que la cultura ofrece significado a lo que hacemos y dirección sobre cómo actuar” (P.15)

En consecuencia, un Proyecto educativo tiene siempre como principal propósito, el desarrollo armónico de la personalidad del niño o niña, dentro de un ambiente de confianza, relajado y feliz, en el que las actitudes positivas están presentes en las relaciones con los miembros de la sociedad que intervienen en la educación de los estudiantes. Durante el curso escolar, son muchas las estrategias que se llevan a cabo para conseguir una buena relación con los padres/madres/estudiantes. Alcanzando de esta manera un clima de respeto, seguridad y confianza.

Es decir, los planes para mantener un clima cálido y acogedor, de confianza y respeto, es hacer partícipe a los padres que hagan notar, ya que son una parte viva de la Comunidad Escolar para compartir información y experiencia que ayuden mutuamente en la intervención educativa. Según Maturana y Verden-Zöller, (1993) ellos plantean que
la necesidad de ser querido es una condición vital para el desarrollo de todo ser humano. El niño y niña han de ser querido por el hecho de existir, de ahí que el amor condicional o condicionado (“si te portas mal no te quiero”) sea tan poco adecuado para el crecimiento de la persona (P.23)

Por lo tanto, todo niño y niña desean, necesitan y merecen el amor incondicional de sus padres. Los niños y niñas se desarrollan plenamente en un entorno de afecto (donde haya apego emocional, cariño, amor y dedicación). Tienen una gran necesidad de amar y de ser amados. También necesitan saber que son parte de la familia y que siempre tendrán un lugar en la familia y en la comunidad, sin importar lo que suceda.

En este caso, es importante recordar que los niños y niñas imitan lo que hacen y lo que son, no lo que quieren ser. El cariño entre los miembros de la familia aumenta su alegría y placer por vivir. Los niños y niñas que se crían en familias donde hay cariño están mejores preparados para lidiar con las frustraciones y las decepciones de la vida cotidiana. También se llevan mejor con otras personas. Ante la situación planteada, se despierta el interés por saber que tantos son los valores humanos que existe hoy día dentro del núcleo familiar